Bipedestador infantil MINI STANDY

DESCRIPCIÓN

Bipedestador infantil MINI STANDY de ORMESA-

• CHASIS pintado con pinturas en polvo epoxi, no tóxicas y con piezas regulables cromadas.
• 
  MESA de madera multicapa regulable en altura, inclinación y profundidad y también desmontable.
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  SOPORTES de RODILLAS regulables en altura, anchura, profundidad y en sentido de rotación.
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  SOPORTES de TALONES regulables en anchura y profundidad.
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  SOPORTE PÉLVICO de circunferencia con velcro, altura regulable; también se puede regular el sentido antero-posterior.
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  SOPORTE TORÁCICO (solo para las medidas 2 y 3) de circunferencia con velcro y altura y antero posterior regulables.
• 
  RUEDAS macizas, diám. 75 mm, traseras con frenos.

Las ruedas permiten desplazar el dispositivo de una habitación a la otra, con el niño en él.

El Mini Standy de Ormesa es un bipedestador vertical para niños con necesidades especiales que asegura una excelente verticalización.

Su versatilidad y facilidad de ajuste hacen del Mini Standy un soporte postural seguro y cómodo diseñado para ofrecer al niño importantes ventajas psicofísicas:

-Facilitación del peristaltismo, la digestión y las funciones intestinales

-Fortalecimiento de músculos y huesos

-Desarrollo de habilidades sociales

Mesa de contrachapado de abedul,

diseñada con fines educativos y para el apoyo de los miembros superiores, se puede quitar para facilitar los ejercicios de los miembros superiores y del tronco.

Regulación de altura, inclinación y adelante-atrás.

Rodilleras con acolchado extraíble,

lavable y con orificios para descarga rotuliana.

Regulable independientemente en altura, rotación, abducción y hacia adelante hacia atrás.

Soportes de talón, ajustables en ancho y profundidad.

Un cambio de perspectiva: interactuando en posición vertical

La posición de pie es fundamental para la interacción con el entorno físico y social, especialmente para los niños.

El Mini Standy facilita la estabilización ortostática en las más diversas situaciones, contribuyendo a potenciar la autonomía personal en numerosas actividades terapéuticas y cotidianas.

Ayuda a todos aquellos procesos útiles para un correcto desarrollo psicofísico, abriendo el acceso a más oportunidades educativas y relacionales.

Por ejemplo, la posibilidad de que el niño juegue con amigos complete ejercicios de coordinación ocular y manual, experimente con actividades de manipulación y haga los deberes de forma segura y entretenida.